Se extiende mas allá de los 600km, desde piedemonte oriental de las sierras subandinas y de la sierra de Ancasti, hacia el Este, abarcando por razones organizacionales.
Considerando su gran extensión conviene le tratamiento de esta amplia comarca en subpaisajes, que si bien presentan caracteres de homogeneidad, debido a su extensión latitudinal tienen algunas particularidades que se deben destacar.
HIDROGRAFIA:
Ríos alóctonos, (Pasaje-Juramento, Bermejo y Pilcomayo)
CLIMA:
Semiárido, cálido, con inviernos secos.
VEGETACION:
Bosques xerófilos con algunos palmares, estepas halófitos.
LA VOCACION GANADERA Y LA BUSQUEDA DE ESPACIOS ADAPTADOS
Mientras se operaba el tránsito hacia la agricultura de mercado, en el siglo XIX, antes de la especialización regional argentina y la consiguiente complementación, la actividad ganadera mantuvo su prestigio como estilo de vida y recurso económico efectivo. Tempranamente este llamado de los pastoril, los españoles introdujeron sus planteles, se afirmo en Mendoza y San Juan. Vacunos y Ovinos dieron origen a un comercio con Chile, utilizando los pasos cordilleranos, incluso en los oasis, la ganadería domino hasta bien entrada esta centuria. Áreas favorecidas del sur mendocino, poco pobladas, cobijaron la economía pecuaria. El Carrizal mantuvo por siglos la orientación ganadera.
Las tierras bajo riego fueron transformadas en ricos potreros destinados al engorde del ganado vacuno y equino preferentemente. La cría se hacía en estancias con pastos más pobres y los animales se trasladaban a Carrizal en invierno.
Carrizal comenzó a desarrollar una economía de mercado. El ganado a buen precio en Chile y su traslado se hacía en tropas, en el Carrizal la vitivinicultura no era una actividad que pudiera competir con la ganadería.
el ámbito montañoso ha ofrecido desde siempre sus obras para la comunicación con Chile y el envió de ganado en pie las aprovecho permanentemente desde el periodo hispánico. Pero a demás, la vida pastoril ha encontrado allí un medio que acoge formas extensivas típicas.
el desdoblamiento del hábitat adopta la reconocida alternativa de veranadas e invernadas, al estilo de lo que Daus estudio con su participación activa más al sur, en Neuquén.
Con la liberación la nieve, comienza el periodo de la veranadas, que suele extenderse hasta abril, con movimientos horizontales de algunas decenas de kilómetros , hasta arriar a alturas de 2.300 a 3.000 metros.
Un rasgo original lo constituye el traslado fácil de animales desde la vertiente chilena a la Argentina, en algunos sectores tanto de Mendoza como de San Juan, mientras que del lado argentino los obstáculos topográficos y la inexistencia de todo enlace vial, torna esto extremadamente complicado.
La trashumancia se mantiene, con formulas precarias, incluyendo sobre todo el manejo de caprinos y ovinos y, en menor grado, de vacunos. Las cifras correspondiente imposibles de determinar en tan amplio frente con variantes anuales pronunciadas.
Por si mismo, este hecho humano señala la adecuación a características geomorfológicas y climáticas de la montaña.
Mas que los recorridos y detalles descriptivos de estos encadenamientos, nos interesa para nuestro objetivo destacar la considerable altura general de las dos cordilleras, sobre todo desde le rio Diamante hacia el norte, y la existencia de depresiones intermontanas que han facilitado los asentamientos humanos, particularmente resaltantes en los valles longitudinales que se interponen entre cordillera y precordillera- Uspallata, Calingasta, Iglesia , Rodeo- cuya amplitud ha permitido la constitución de pequeños oasis de regalo, con orientación en parte agrícola. La utilización de estas áreas con sus limitadas posibilidades agropecuarias, se comprende a partir de las características climáticas. Estamos en el dominio glaciar y periglaciar, según os niveles de altitud, bajo la influencia predominante de las masas de aire provenientes del anticiclón del Pacifico, que se traducen esencialmente en precipitaciones invernales de tipo nival.
La actividad ganadera tiene un último reducto, fuera de sus modalidades de adaptación a los oasis y a la montaña. Se trata de las planicies orientales, en donde la condiciones de aridez se acrecientan, con precipitaciones medias estimables en 200mm- aunque se elevan hacia él SE a 300-y aun inferiores a 100 en la zona de contacto entre el norte de Mendoza y el corredor subsiguiente de San Juan.